Pues claro que voy a hablar de la gripe. ¿De quien si no? ¿De Carla Bruni?(Periodistas,
me teneis hasta la polla. Al final le voy a coger asco a la maciza
ésta) .
Centrémonos: Por fin llega el puto fin del mundo. La Pandemia. Qué bien suena. PAN Demia. Si alguna vez tengo un barco lo llamaré así. Aunque no creo que lleguemos a verlo.
Pandemia viene del griego Pan o sea pan y demos o sea muestras de software que caducan a los quince días. Se refiere a la enfermedad producida por el hongo verde que le sale al pan porque tenemos una demo de un juego nuevo y dejamos el bocadillo a medio comer para ver si nos podemos pasar el juego antes de los quince días, ignorando, ignorantes como somos, que al juego le faltan fases, que las empresas no son tontas.
De la propia frustración al llegar al final de la demo nos da por comer el pan en mal estado y dar una vuelta, pero absortos en nuestro mal humor no cogemos el abrigo y, claro, pillamos una gripe. A eso le sumamos que no nos hemos duchao en quince días y vamos hechos unos guarros. O sea una gripe porcina. Al final, la gripe porcina, como todos los males, viene del vicio.
Pero parece que ésta sí que va a ser la última gripe. No hay vacuna. No hay anticuerpos. Se nos va a llevar a todos. Ya ha dicho el Gobierno que no hay peligro y que está todo controlado. Que la enfermedad no llegará de forma masiva a la población española. Igual que la
crisis el año pasado. Vamos que de aquí no se libra ni el Tato. Y si se libra alguien ya llegará
un terremoto que termine de llevarnos a la mierda a todos. Vamos, que vamos a acabar como yo aquelle vez que estuve en la cárcel, que sólo me faltó que me dieran por culo. Ah! no, no me faltó.
Pero siguiendo con el tema , ya que no hay solución, no nos desesperemos. Por fin ha llegado el momento: "A follar que el mundo se va a acabar!"
Convirtamos las calles en Sodoma y Gomera que ya Dios nos ha hecho un adelanto a cuenta del fin del mundo. Hagamos que
la orgía del jardín de las delicias sea una mierrrrrda comparada con la que podemos montar por las calles.
Tomemos el Carrefour y untémonos con todos los botes del tercer pasillo, el de la nocilla, el colacao y las mermeladas. Y despues a echarnos sidra -que el cava ya no se lleva- por encima hasta que se nos pongan los ojos como hamsters. Y ebrios de asturiano licor, yazcamos, yazgamos, yagamos aleatoriamente con nuestros compañeros del vagón del metro, amancebémonos con los conductores y conductoras de la EMT.
Aprovechemos para solicitar ayuntamiento con la vecina del tercero a la que le tenemos ganas desde la última reunión de vecinos. Calmemos nuestro apetito desordenado de placeres deshonestos con los que tengamos más a mano pues es posible que no nos dé tiempo a llegar a casa. Caigamos en lecho de contubernio aprovechando ascensores o terrazas de fumadores de edificios de oficinas o garajes del parque de bomberos u oficinas del INEM o dependencias de la compañía del gas. (publirreportaje) Aquellas que no termineis de decidir entre todas las opciones, llamadme pa irme duchando. Yo pondría amor pero como no va a dar tiempo pos mejor me llevo condones.
Y si al final no se acaba el mundo, que nos quiten lo bailao. Diosss, puta primavera.
Por cierto si veis que a lo mejor el mundo no se acaba tampoco
forcéis.