Treinta y tres días no son tanto tiempo comparado con lo que se tarda en perder cinco kilos. No pensaba ni escribir hoy. Me he visto presionado para escribir. Y me mola. Me gusta llamar la atención de vez en cuando y que me quieran siempre. Y me he dado cuenta que a veces hacer las cosas sin pensar mola. Como este post. O como este nuevo compromiso. Renuevo el intento de no enfadarme. Marca para batir: 33 días. Así sin pensar y todo porque me han preguntado que cuando vuelvo... No hay como darme cariño.
Y voy a intentar el más difícil todavía: no enfadarme en mi día a día pero seguir enfurruñado en el blog. Tener cierto grado de bipolaridad seguro que me ayuda. A ver si con estos esfuerzos mentales y con la tabla de abdominales que he desempolvado, pierdo peso y consigo verme la chorra antes del verano.
Vuelvo en ná
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